¿Me prestas tu avión?
Es sencillo como digo; voy, vengo y te lo devuelvo.
Sé que la razón no necesita pasaportes porque tiene la senda hecha. Es capaz de burlar controles fronterizos, políticos y burocráticos, incluso, los militares de la ocupación.
No te preocupes porque conozco bien el camino, los radares que me tengo que saltar, las torres de control a obviar y la pista dónde aterrizar.
Una vez en El Aaiún, la llevaré a casa, me aseguraré de que su hija y su hijo recuperen el tiempo perdido. La invitaré a que comience a tomar algún alimento ligero, sólido y energético. La incitaré a que descanse, tomaré el té con su familia, y cuando le acompañe su primer sueño, pues, me vuelvo.
¡Ah! Se me ha olvidado decirte que yo no sé pilotar pero María, Paula, Dani, Joaquin, Margarita, Mª Carmen, Pilar, Mohamed, Pedro, Trini, Zhara, Isabel, Moustafa, Rebeca, Pi, Carol, Sonia, Elena, Carmen, Javier dicen que no me apure, que me ayudarán.