Estado Patriarcal y Estado proxeneta: La puta no tiene clientes, tiene prostituyentes
Maria Galindo (mujeres creando)
El pensamiento feminista, plantea que vivimos en un Estado patriarcal. Es decir que el Estado de manera intrínseca e indisoluble es patriarcal y que no hay inclusión, ni perspectiva de equidad que resuelva ese su carácter porque eso es parte su sentido.
El Estado patriarcal es una definición muy importante para el desarrollo de estrategias políticas y visiones feministas porque nos permite enfrentar de manera mas profunda las estrategias liberales de inclusión que no solamente han fracasado en lo que es la mejora de la calidad de vida de las mujeres sino que han creado una serie de filtros de confusión en la lucha de las mujeres.
Lo que sucede con el concepto de Estado patriarcal es que si bien es un concepto central para el feminismo, es al mismo tiempo abstracto, amplio y resbaladizo, difícil de ejemplificar y de aclarar en la practica política concreta.
En vez, el Estado proxeneta, que es una conceptualizacion paralela a la de estado patriarcal nos permite desnudarlo como concepto y nos permite entrar en un nivel mas profundo de análisis.
El concepto de estado patriarcal que les propongo es posible desde la mirada de la puta a la sociedad, sus implicancias teóricas son las siguientes:
El carácter masculino del Estado: ya no solamente relacionado con su patrón patriarcal que viene de padre, sino con su patrón proxeneta que viene de explotador y mutilador del cuerpo de las mujeres. El decir “Estado proxeneta” nos aclara el lugar de objetos sexuales de intercambio que ocupamos las mujeres en todas las sociedades y culturas del mundo. Nos aclara también la negación de nuestra condición de sujetos, por eso las mujeres en un Estado patriarcal que es un Estado proxeneta, actuamos y existimos por fuera de la historia y de la política y eso no se resuelve con ningún concepto de inclusión, ni política de derechos porque instala una critica más profunda e irreconciliable con el Estado, sea este del norte o del sur, sea socialista o capitalista. Por eso el universo de la prostitución es un pendiente de todos los sistemas políticos de todas las ideologías y de todas las culturas del mundo de norte a sur y de este a oeste. El “Estado proxeneta” es definitivamente una manera de jerarquizar las relaciones sociales en una determinada sociedad. Es una mirada que sale desde el mundo de la prostitución pero que nos sirve para comprender las relaciones sociales en todos los ámbitos y actores.
Estado proxeneta es un concepto útil y clarificador para todos los movimientos sociales, para todas las mujeres y no sólo para las mujeres en situación de prostitución. Denuncia esa relación de dependencia, de clientelismo y de cooptación donde el Estado ocupa todo el espacio de la vida social y política y donde el estado es lo relevante, lo importante, lo trascendente, lo histórico. Es como si más allá del Estado no hubiera política, ni sueño de transformación, ni objetivo, ni horizonte, es como si la relación con el Estado se comiera todo o fuera todo.
El estado proxeneta te utiliza. La relación burocrática que tiene como característica la incapacidad que tiene como aparato de resolver los problemas, no tiene capacidad directa por eso te utiliza como parte del mecanismo de resolución. En ese punto y en esa relación además de burocrático se caracteriza definitivamente por establecer una relación humillante protagonizada por algún funcionario o funcionaria mediocre que halla en el pequeño espacio que ocupa el terreno ideal para ejercer reiterar y subrayar ese espacio de “poder” en el que respecto de ti se coloca. Ese funcionario o funcionaria y sus mecanismos de postergación, humillación, arbitrariedad, impunidad y corrupción son el rostro del estado frente a vos puta, a vos desempleado, a vos viejo, a vos vieja, a vos vendedora ambulante. Es la cara del proxeneta que vive de ti con tu dinero.
El Estado es tan proxeneta en el momento en que te da la concesión clientelar como en el momento en que te mete en la cárcel.
En ese contexto y a partir de este concepto el debate entre regulacionismo o abolicionismo debates ambos que pasan por el intervencionismo estatal se constituyen en una zona roja ideológica en torno de la prostitucion y en una especie de estancamiento conceptual en relación a la interpretación y desarrollo de estrategias políticas en torno de la prostitucion y en relación al complejo universo de las mujeres.
Una mujer en situación de prostitución lo primero que necesita es recuperar su cuerpo entero; todas las mujeres en un estado proxeneta y patriarcal hemos sido expropiadas de nuestro cuerpo y nuestro placer y necesitamos recuperarlo. Para nosotras no hay política desde las mujeres posible sin que pase por esta recuperación. Por eso la puta nos aporta desde su lugar una visión que nos clarifica y enriquece.
Para todos los sistemas de machos y fachos
La mujer es una puta
Mueran los sistemas
Vivan las putas
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