Así son los señores de la guerra que mantenemos en Afganistán
Como en la novela Mil soles espléndidos, dos mujeres unidas por el dolor y el sometimiento diario a palizas y humillaciones por parte de sus maridos decidieron unir fuerzas para huir. Sin embargo, a diferencia del libro del escritor afgano Khaled Hosseini, ninguna de ellas logró un final feliz
Las dos mujeres vivían en el distrito de Dolina, en la provincia de Ghor, situada al oeste de Afganistán. Ambas habían sido forzadas a casarse y sufrían palizas constantes a manos de sus respectivos maridos. Juntas acordaron huir hacía la libertad, sin nada más que unos ropajes masculinos con los que pretendían pasar desapercibidas. Su aventura duró un mes, que pasaron caminando y alimentándose de la caridad o las sobras que encontraban.
Finalmente, la policía las capturó en el distrito de Chasht, muy cercano a la provincia de Herat. Los agentes las llevaron de vuelta a las casas de sus cónyuges y fueron sometidas a las leyes de los clérigos locales y los señores de la guerra. El veredicto fue que recibirían 45 latigazos en público cada una. Un castigo ejemplar para que todas las mujeres aprendan que se hizo efectivo el 18 de febrero.
En las imágenes de la cadena afgana Tolo TV aparece una de ellas, cubierta con varias capas de ropa para tratar de minimizar los golpes. Su rostro se vislumbra entre las telas, parece apenas una cría, no mira a cámara e, instintivamente, trata de esquivar unos latigazos que arrecian sin piedad. Sus mejillas enrojecidas delatan su dolor y su humillación. Varios hombres la contemplan impávidos.
El distrito de Dolina es un refugio de grupos ilegales armados que imponen estas leyes brutales. El jefe de la policía de Dolina, Janan Shan, aseguró a Tolo TV que las dos mujeres fueron castigadas por un comando yihadista llamado Fazl Ahad. Nadie, como sucede habitualmente, asumió responsabilidades. No es de extrañar en un país cuyo presidente aprobó el pasado verano una ley que ampara la violación dentro del matrimonio en la comunidad chií. Y nadie, repito, hace nada.
http://www.rawa.org/rawi_sp.htm
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