Vindicación feminista
M.ª Ángeles Larumbe, Profesora Titular de la Facultad de Educación, Universidad de Zaragoza
En un momento como el actual en el que existe un interés especial por comprender los procesos de cambio durante ese periodo de nuestra reciente historia conocido como Transición y por dar a conocer quiénes fueron sus auténtic@s protagonistas, resulta obligado reconocer la aportación del movimiento feminista en pro de una auténtica emancipación y de la consecución de una ciudadanía plena para las mujeres. En tal sentido, se hace imprescindible acudir a una fuente como Vindicación Feminista, que desde sus páginas siguió puntualmente los avatares de un tiempo tan crucial como la transición a la democracia.
Desde una mirada crítica, la revista analizó con rigor y radicalidad los acontecimientos que sucedían a diario en ese difícil y singular proceso que se vivió en España para transformar social y políticamente una dictadura en una democracia. La Ley para la Reforma y el referéndum para su aprobación, la Constitución, las primeras elecciones generales y municipales, las huelgas, conflictos y reivindicaciones que jalonaron aquellos años, lo dicho y hecho por los partidos de derechas e izquierdas no les fueron ajenos a las artífices de este particular medio de la prensa escrita. Como no lo fueron los acontecimientos internacionales que ocuparon las primeras páginas de los grandes rotativos. Todos fueron diseccionados con talante crítico y desde una perspectiva feminista, lo que colocó siempre a Vindicación Feminista en el centro de la polémica y le valió la animadversión de un sistema político que se reformaba sin dejar de ser patriarcal.
Al hacer balance del siglo pasado, una de las grandes transformaciones que debe apuntarse en su haber es el enorme cambio experimentado por la mujer en el mundo, aunque las desigualdades con las que se cerró la centuria obligan a reconocer que ese cambio fue mayor en los países ricos que en el 80 % del resto del planeta. Con todo, puede afirmarse que con el siglo xx se sentaron las bases para una más profunda y universal transformación que está por venir.
Reconocer el sentido de ese cambio es un tópico reiterado y hablar del xx como del siglo de la mujer se ha convertido en un lugar común, pero esta misma realidad, que hoy parece evidente, hace tan solo treinta años resultaba para muchos impensable, sobre todo en nuestro país, atenazado por una dictadura que pretendió, hasta el último momento, reducir a la mujer al papel de madre y esposa fiel.
La lucha por la transformación radical en la consideración legal y social de las españolas fue fundamentalmente obra del movimiento feminista, que tuvo que sortear enormes obstáculos para llevarla a cabo. Una de las mayores dificultades fue lograr que sus mensajes y propuestas llegaran tanto a las mujeres como al conjunto de la sociedad. Resolver esta cuestión básica era fundamental para poder cumplir con una agenda repleta de reivindicaciones, y, lógicamente, a ello se dedicaron enormes esfuerzos.
De esos esfuerzos nació Vindicación Feminista. Esta publicación fue el medio que propagó en nuestro país de modo más nítido y rotundo la voz del feminismo, cuya influencia ha generado un cambio notable en los comportamientos, actitudes y valores de todos los ámbitos de nuestra sociedad. Así mismo, Vindicación tuvo una seña de identidad que la distinguió de otras publicaciones del momento, ya que fue creada y pensada no solo como vehículo de información, sino de educación y comunicación dirigida y realizada por y para mujeres; un hecho que, en la actualidad, sigue siendo poco común tanto en el periodismo como en el mundo editorial.
La revista marcó un verdadero hito en el campo de las publicaciones de este tipo. Durante tres años, de julio de 1976 a julio de 1979, salió a la venta de modo regular sin cambiar básicamente ni su formato ni sus contenidos, y ofreciendo en sus páginas colaboraciones de firmas reconocidas.
Pero el argumento de mayor peso viene de la mano de la emoción, del recuerdo sentimental de toda una generación: Vindicación supo relatar como ninguna otra publicación lo que estaba aconteciendo en la vida de las mujeres gracias a la propuesta emancipadora del feminismo. Como un reguero de pólvora, a principios de los setenta el ideario feminista había cruzado el Atlántico para expandirse por Europa, llegando a España con un cierto retraso, dadas las circunstancias políticas que aquí se vivían, donde el sometimiento material de las mujeres en lo económico, legal y social quedaba completado en la esfera de las mentalidades por una cultura popular al servicio de los valores más conservadores y tradicionales.
Por esa razón, Vindicación, codo con codo con el conjunto del movimiento feminista, quiso contribuir con todas sus fuerzas a la construcción de una nueva cultura frente a un mundo controlado por los hombres, haciéndose eco desde sus páginas de todas las acciones y propuestas recogidas en la agenda reivindicativa del feminismo de segunda generación, cuya característica esencial no era tanto su amplitud como la profundidad de sus peticiones, al proponer una auténtica inversión de los valores dominantes.
Si el término sororidad fue una de las aportaciones conceptuales que acuñó el feminismo para designar una nueva forma de fraternidad entre las mujeres, un nuevo modelo relacional basado en el apoyo mutuo, el equipo de Vindicación supo ponerlo en práctica como nadie al brindar sus páginas para dar a conocer los cientos de grupos que nacieron a lo largo y ancho de la geografía española y del resto del planeta, y difundir todas las estructuras y redes alternativas de ayuda que se fueron creando durante esos años, al calor del ideal compartido de transformación personal y social que marcó a toda una generación de mujeres cuyas vidas quedan muy lejos de las que tuvieron sus madres y abuelas, gracias a los logros obtenidos por el tesón de la acción feminista. Todos los anhelos, trabajos, propuestas y debates de un movimiento como el feminista fueron recogidos fielmente por Vindicación a lo largo de los tres años que van de 1976 a 1979, fundamentales para entender qué ha sido, qué ha representado el feminismo y en qué medida su contribución ha de ser considerada esencial, no solo para las mujeres sino para la sociedad española en su conjunto, cuando hacemos balance de ese periodo.
La vigencia de buena parte de sus contenidos nos recuerda que un hilo violeta sigue recorriendo la historia con el ánimo de hacer de este mundo un lugar en el que las mujeres se reconozcan y sean reconocidas.
http://www.unizar.es/gobierno/vr_institucionales/observatorio/vindicacion/index.htm
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