"Creo que me cuesta ser consciente de los espacios que me niego. Lo tengo tan asimilado (por ejemplo pasear por la playa de noche sola) que me resulta dificil mencionarlo aquí. Recuerdo que Simone de Beauvoir comentaba que para ser un artista como Van Gogh o cualquier otro hombre y artista, las mujeres deberíamos tener la libertad de movimiento que los hombres han tenido, la libertad de moverse y perderse por las calles me refiero. Me parece que en muchos casos, esta limitación está incrustada en nuestro ‘estar en la vida’ Una especie de miedo atávico transmitido de abuelas a madres y a hijas, algo que en mi fuero interno lo denomino como "el síndrome de Caperucita Roja" Creo que para una mujer cobarde, como yo, esta limitación ha sido muy frustrante y dolorosa"
Mariasun Landa, escritora.
Teresa del Valle, antropóloga, explica que en realidad el miedo femenino a trasegar ciertos espacios no deviene de la configuración de éstos sino de su profunda instalación a través de mecanismos socializadores en la mujer desde la misma infancia. La noche se constituye a sí misma como tiempo y lugar del peligro, que se acrecienta en los espacios públicos donde se “desvanece la identidad personal para pasar a ser un mero objeto de agresión”. Desde ese punto de vista las mujeres son los transeúntes anónimos más expuestos a la intemperie en todo el sentido de la palabra, intemperie donde los otros, los hombres, se constituyen en los potenciales agresores.
En el libro "Perspectivas feministas desde la antropología social" explica:
"Se trata de espacios que tienen que ver con recorridos y puntos de encuentro como son los caminos y los cruces. Están en el exterior y abiertos a que transiten cualquier tipo de personas y a cualquier hora del día. Pero se trata del espacio solitario en momentos de oscuridad sobre los que se ciernen imágenes de amenazas que nos hacen acelerar la marcha y agudizar los sentidos, y se da una condensación de miedos sobre los que actúa la imaginación con imágenes de relatos anteriores oídos en distintos momentos de la vida: unos como parte de narraciones infantiles, otros asociados a casos que se mencionan con frecuencia, y mediante los comentarios que hace la gente (hombres y mujeres) en una comunidad respecto a los lugares que se consideran seguros o inseguros para niñas y niños.
http://unaantropologaenlaluna.blogspot.com/2011/09/la-mujer-y-la-noche-los-espacios-que.html
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