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Sesos revueltos

A brilliant clue

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la reflexión del día

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Para el 2013; justicia social

Para el 2013; justicia social

“El Vaticano ha dañado más a la mujer que el narco”

Marcela Lagarde

Esta catedrática de Antropología en la Universidad Nacional Autónoma de México nos cita una mañana otoñal en Pamplona, en un alto en su camino a Logroño, donde impartirá por la tarde una conferencia en la Universidad de La Rioja. Elige el café Iruña, el establecimiento más emblemático de Pamplona y el primero que tuvo luz eléctrica en esta ciudad; resulta el contexto ideal para encontrarnos con una precursora que ha iluminado la causa de los derechos de las mujeres en Latinoamérica. Académica, política y activista del feminismo, se define como “una persona normal y corriente”. En la distancia corta de un desayuno, su aspecto entrañable y su carácter sosegado revelan una mirada intensa y el discurso vigoroso con el que lleva afrontando su lucha quijotesca en un México plagado de molinos de machismo y patriarcalismo desde que militara como mexicomunista allá por 1968, “cuando se pusieron las bases del feminismo contemporáneo”.

Marcela Lagarde (Ciudad de México, 1948) preside en la actualidad la Red de Investigadoras por la Vida y la Libertad de las Mujeres. Entre 2003 y 2006 fue diputada independiente por el Partido de la Revolución Democrática (PRD) en el Congreso Federal de México. Durante aquella legislatura, impulsó la Ley General de Acceso para las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, fundamental porque considera todos los tipos de violencia de género; y promovió la tipificación del delito de feminicidio a raíz de los asesinatos en Ciudad Juárez . “Este caso se volvió muy mediático y hubo una enorme solidaridad que nos permitió llevarlo al Parlamento. Por primera vez en la historia de nuestro país, conseguí un presupuesto especial para investigar y descubrí lo que suponía como hipótesis: que esa violencia no solo sucedía en aquella ciudad; solo en el Estado de Chihuahua descubrimos al menos 10 focos rojos más importantes que Juárez. Lo excepcional de Juárez fueron las denuncias de lo que pasaba y la exigencia de justicia”. Marcela también participó como perito en el caso Campo Algodonero, en el que la Corte Interamericana de Derechos Humanos juzgó varios asesinatos en Ciudad Juárez. Aunque con un carácter simbólico, aquella sentencia sentó “un precedente importantísimo porque declaró culpable al Estado mexicano por no haber garantizado el derecho de esas mujeres a una vida libre de violencia”.

Marcela visita España en un momento en el que la guerra del narco ha desplazado a la violencia de género de la actualidad informativa en México. “El presidente Calderón organizó una guerra contra el crimen de forma antidemocrática y anticonstitucional, utilizando al Ejército como si fuera la policía. Espero que algún día sea enjuiciado por la historia en mi país, y también por los tribunales, por toda la muerte que ha ocasionado”.

Sin embargo, Marcela denuncia un tercer tipo de violencia, de motivación religiosa, como la más peligrosa para la población femenina: “La política del Vaticano ha causado en mi país más daño a las mujeres que el narco. La cruzada de la Iglesia católica en los siglos XX y XXI es su política global contra los derechos humanos de las mujeres en España y Latinoamérica, eliminando el derecho al aborto que hemos ido construyendo a pedacitos en los últimos 50 años”.


http://sociedad.elpais.com/sociedad/2012/11/14/actualidad/1352911124_295967.html

Lisa Kristine: Imágenes de la esclavitud moderna

Durante los últimos dos años, la fotógrafa Lisa Kristine ha viajado por el mundo documentando las realidades de la esclavitud moderna.

Aquí comparte imágenes -de mineros en el Congo, de pilas de ladrillo en Nepal...- que iluminan la situación de los 27 millones de esclavizados en todo el mundo.

Fuente:
http://periodismohumano.com/sociedad/libertad-y-justicia/lisa-kristine-imagenes-de-la-esclavitud-moderna.html

Rompiendo estereotipos.¿Dónde está la abuela?

La publicidad también puede romper estereotipos y además con humor.

Movimiento Pro-vida

Movimiento Pro-vida

¿POR QUÉ ME SALTO LOS SEMÁFOROS?

¿POR QUÉ ME SALTO LOS SEMÁFOROS?


Cuando empecé a usar la bici en la ciudad respetaba todas, absolutamente todas las normas de circulación. Paraba en los semáforos en rojo, utilizaba los bidegorris siempre que existían, paraba en los pasos de cebra, procuraba ir “por la parte derecha de la calzada”, no utilizaba las aceras y respetaba los cedas al paso y los stops. Y me empezaron a ocurrir cosas, que no me gustaron y que me llegaron a hacer pensar que ir en bici igual no era tan agradable como yo creía:

. Cuando los semáforos se ponían en verde, la hilera de coches que tenía detrás me pitaban por no salir lo suficientemente rápido.

. Cuando la entrada a un bidegorri era imposible (véase el del Campo Volantín) y continuaba por la calzada, desde los coches me insultaban por no utilizarlo.

. Cuando conseguía entrar en un bidegorri (aleluya!) tenía que bajarme varias veces de la bici para esquivar los coches aparcados o las barracas de feria, y me jugaba la vida entre niños, atletas y patinadores, gente paseando perros o empujando sillas de ruedas o simplemente paseantes.

. Cuando paraba en los pasos de cebra estuve a punto de provocar varios atropellos a viandantes, porque el coche/autobús de detrás aprovechaba para adelantarme en ese momento.

. Al intentar ir por la parte derecha de la calzada “para no molestar”, por poco me como varias portezuelas de conductores que no miraron si venía alguien antes de abrirlas, por no decir las pasadas rasantes de coches, por supuesto a menos del metro y medio obligatorio.

. Circulaba únicamente por las “zonas permitidas”, pero eso me forzaba a dar rodeos absurdos y muy cansados yendo en bici. Nunca utilizaba las aceras.

. Y respecto a las señales de “ceda al paso” y los stops, he llegado a la firme conclusión, y nadie me va a sacar de ella, de que en las autoescuelas hay un tema específico para desarrollar la ceguera ante ambas señales, sobre todo si el vehículo al que hay que ceder el paso o parar es una bicicleta, y si no, probad a entrar en la Plaza Moyua 10 veces y me decís en cuántas de ellas los coches las han respetado.

Así que llegué a varias conclusiones:

. Las actuales normas de tráfico no están pensadas para vehículos que no lleven motor, y las multas correspondientes a su incumplimiento no son proporcionales a la gravedad de la infracción. Además, no garantizan mi seguridad, debido a que su incumplimiento es constante, así que he decidido crearme mis propias normas:

. Me salto los semáforos en rojo: SI, siempre que no sea un cruce de calles con mucho tráfico, claro, no me quiero jugar la vida. Pero en todos los semáforos que pasan peatones, espero a que pase la primera afluencia, mayor, y luego paso, en bici, pero a su misma velocidad, es decir, soy inofensiva.

. Evito los bidegorris mal diseñados, o sin principio ni fin (o sea, casi todos), porque entre otras razones ya expuestas, afortunadamente no es obligatorio ir por ellos.

. Sigo parando en los pasos de cebra, lo siento, creo que el peatón en la ciudad está en peligro de extinción, y yo me empeño en protegerlo.

. Voy por el medio de la calzada, si si, por el p..... medio, y estoy desarrollando un depurado estilo de sordera a los pitidos de coches, más o menos equiparable a su admirable ceguera ante las bicis y los cedas.

. Respecto al metro y medio de distancia, la verdad es que no se me ocurre nada salvo llamarle de todo al coche/autobús que me asusta y desestabiliza cada vez que me adelantan casi rozándome.

. Empecé a utilizar también las vías reservadas a buses o taxis, para evitar dar rodeos sin sentido y evitar calles con excesivo tráfico. Además suelen tener dos rayas rojas pintadas en el suelo......eso debe ser un bidegorri ¿no? ;)

. Por supuesto, y aunque sea incómodo y no sea nuestro lugar, antes que dar la vuelta al mundo (léase: Bilbao) para llegar de un punto a otro, o de jugarme la vida si veo algún chiflado al volante, me subo a la acera.

. Y cuando se acerca una rotonda, pues qué le voy a hacer, cojo aire, rezo todo lo que no sé, tenso los músculos, agarro bien el manillar, pongo cara de malota, intento mantener contacto visual con el conductor de turno que amenaza con entrar en mi carril “haciendo como que no me ve”, no suelto las manos de ambos frenos, por si acaso en el último momento tengo que recular, y me digo a mi misma que lo único que me podría proteger en caso de una embestida lateral, no es un ridículo casco de plástico sino una escafandra de titanio.

Tic tac, ya podéis soltar el aire, hemos superado la rotonda y todos los demás obstáculos, y afortunadamente con respeto, mucha precaución y sentido común, he conseguido que pedalear en la ciudad sea un placer, además de la manera más práctica y rápida para moverme. Así que ya no me bajo de mi bici!

Fuente:

Fracking

Los orgasmos, como la tierra, son de quienes los trabajan.

Los orgasmos, como la tierra, son de quienes los trabajan.

Mujer y deporte (lenguaje nada inocente)

Mujer y deporte (lenguaje nada inocente)

El machismo continua presente en nuestra sociedad y en nuestro día a día, también está claro, que en el deporte femenino. A la mujer por el simple hecho de serlo, siempre le toca jugar en el campo contrario.

La prensa escrita, construye un Nosotros (conformado por los hombres) frente a un Ellas (las otras, las que no son Nosotros). El Nosotros sería el equipo local, el que juega en casa, en su terreno. Y Ellas serian el equipo visitante. Por ello las mujeres pasan a ser las que son observadas con recelo por el equipo local que está en campo seguro y cuenta con la simpatía de los espectadores locales. Son sometidas a un escrutinio mucho más severo. Es así en las competiciones deportivas y es así a la hora de catalogar las actuaciones de las mujeres en la prensa de información general. Se consigue de esta forma dos grandes bloques enfrentados: el Nosotros cuyas actuaciones son ensalzadas y enaltecidas y el de Ellas, donde sus actuaciones son denigradas y ridiculizadas.

Las mujeres deportitas, en general, siempre son las chicas, que además siempre representan la excepción en el monótono recuento de la información deportiva cotidiana centrada en el deporte masculino. Claro, son las visitantes, las otras, las forasteras, y por tanto, la excepción, sino no podríamos entender titulares como: “Las chicas también triunfan” o “Ellas también quieren el podio”. Con ese adverbio bien recalcado, como si representase una auténtica sorpresa que, además de jugar, quieran ganar o ganen. Otros titulares también denotan cierto tono de sorpresa:”Chicas al poder”, “El poder de las chicas” o “Las chicas quieren pelea”. Otros denotan asombro: “Las mujeres, imparables” o “Las mujeres dan el salto”. Todos estos titulares dejan escondidos los nombres reales de estas deportistas y son sustituidos por las mujeres en general, sin especificar si son señoras de la limpieza, personal subalterno o profesoras de guarderías… No esta mujer concreta, ni una mujer, ni dos; ni siquiera “las mujeres deportistas”. Sino “Las mujeres”, ellas, todas o mejor dicho, las chicas, colectivamente. Es decir, las que no son el Nosotros. Se escatima de esta manera el esfuerzo realizado y logro individual o de equipo, diluyéndolo en un genérico femenino muy halagador para las mujeres pero muy injusto para esas mujeres concretas que han realizado esas hazañas.

A Clau Roya

Son así

Son así

MARIÀ DE DELÀS MADRID

http://www.publico.es/439612/son-asi

Sienten de esta manera y piensan poco. Los educaron así. Admiran a los poderosos por el hecho de serlo y desprecian a los perdedores de siempre. Se encienden con cierta frecuencia, olvidan los modales de colegio de pago y, ante situaciones que saben dramáticas, se les ocurre decir este tipo de cosas: "Que se jodan".

La expresión de Andrea Fabra la hace suya de manera más o menos explícita toda esa gente que, con más o menos dinero, tiene conciencia de pertenecer a una clase especial.

Son así. Forman parte de ese trozo de España que no ha tenido que hacer nada con sus manos para poder vivir y ése es el orden que quieren mantener. Como Dios manda. Los que se han quedado sin empleo, barruntan, deberían trabajar en otra cosa y si no lo hacen es porque no les da la gana. Están en el paro más que nada por vagancia y desidia, insisten desde siempre. Por eso hay que quitarles las prestaciones, para que se sientan "estimulados" a ganarse la vida.

Viven a imagen y semejanza de los señoritos que tan bien quedaron dibujados en La escopeta nacional o en Los santos inocentes. Personajes siempre dóciles con quienes pueden más que ellos y despóticos con el resto.

Se expresan con dificultad y para eso tienen portavoces, los del pensamiento único, que en sus tribunas radiofónicas y televisivas apenas disimulan la angustia que les produjeron marchas como la de los mineros, junto a la población que les arropó con un lenguaje que había caído en desuso.

El aplauso nervioso de los diputados de la derecha cuando su jefe anunciaba la imposición de una larga lista de sacrificios excepcionales contra los más castigados por la crisis provocó indignación y perplejidad. ¿Por qué hicieron eso? ¿Por qué aplaudieron? Porque son así. Saben que en definitiva el recorte de los subsidios por desempleo, la paga que dejarán de cobrar los funcionarios, la recaudación que conseguirán con mayores impuestos indirectos, las restricciones en las administraciones locales... servirán para ahorrar miles de millones de euros, pero no solucionarán en absoluto el caos financiero. Cuando deciden recortar no hacen nada más que obedecer las órdenes de quienes controlan los negocios más sustanciosos.

No tengas miedo, organízate.

No tengas miedo, organízate.

El género de los insultos a políticas

Los recientes ataques a Tania Sánchez Melero, diputada de Izquierda Unida en la Asamblea de Madrid, invitan a una reflexión sobre el género de las inquinas fascistas.

Raúl F. Millares / Madrid

Tania Sánchez es mujer, joven, política, de izquierdas y tuitera. El cóctel es demasiado tentador para el olfato de cualquier trol medianamente ultra que se precie. Sin embargo, las últimas experiencias que ha padecido Tania en las redes sociales parecen superar el ámbito de la mera provocación típicamente trol para rodar por la pendiente de la amenaza pura y dura.

El día 24, un tal Syntax Error enlazaba un completo expediente con datos de la diputada. El informe recogía posicionamientos políticos de Sánchez, pero también datos más íntimos de la diputada, como su DNI, su número de teléfono, su dirección, fotografías de su vivienda y hasta una rara mención a la matrícula de un vehículo “detectado en las proximidades”. El autor de las amenazas no se molesta en disimular sus intenciones: “Facilitar la pública demostración de odio contra ella” y “conseguir que este desecho humano abandone su domicilio y localidad mediante la presión continuada”.

Junto a los insultos unisex, Tania recibió, además, algunos improperios específicos para mujeres: del simplista “zorra roja” al más elaborado “asesina proabortista”. A Tania Sánchez no se le escapan las fobias de este tipo de actitudes: “A esta gente de ideología filonazi o fascista le molesta el empoderamiento de las mujeres o la visibilización de la homosexualidad.

La mayoría de las víctimas de sus insultos son mujeres u homosexuales. Incluso cuando tratan de insultar a un hombre recurren a la homosexualidad”.

Nadie se libra

El caso ha motivado comentarios de otra de las políticas más activas y que más insultos acaparan en la red. La delegada del Gobierno en Madrid, Cristina Cifuentes, también ha recibido y denunciado injurias. Precisamente, las llamadas de atención de numerosos tuiteros, que le pedían una investigación urgente de las amenazas a Tania Sánchez, servían a Cifuentes para recordar el cariz de muchos de los mensajes que recibe. Como en el caso de Sánchez, las amenazas y deseos de muerte van aderezados de latiguillos específicos para agredir a mujeres: “puta”, “zorra asquerosa” o “zorra de mierda” son clásicos en el time line de Cifuentes, famosa por sus numerosos bloqueos contra usarios a los que considera agresivos y que también recibe lindezas más sofisticadas: “A @ccifuentes le gustan los maderos porque le meten la porra por el agujero”.

Preguntada vía Twitter, Cristina Cifuentes explica, con la brevedad de un tuit, el viso sexista de los ataques a políticas: “¡Por supuesto! A las mujeres nos dicen cosas con claras connotaciones machistas”. La propia Tania Sánchez critica que desde la izquierda se haya recurrido a la etiqueta #putacifuentes para reprocharle su actuación: “A mí me molesta que Cifuentes abuse de su posición para perseguir a determinados colectivos o que monte una detención espectacular para detener a seis chavales a los que ha habido que soltar porque no había forma de retorcer la ley para crujirlos, pero es un error recurrir a términos sexistas para insultar y es peor para la izquierda porque nosotros estamos en contra de eso”, considera Sánchez.

Alcaldes pucelanos que fantasean con los “morritos” de una ministra o consejeros andaluces admirados porque la jueza del caso de los ERE siga “muy guapa” mientras instruye el caso son casos que perpetúan una inercia machista entre la avalancha de falacias ad hóminem que cisca la política de partidos. June Fernández, periodista especializada en temas de género, explica que “el insulto por excelencia que se utiliza contra las mujeres en cualquier ámbito es ‘puta’. El estigma de “puta” sirve para clasificar a las mujeres entre buenas y malas, y opera como una herramienta de control de la feminidad.

Cuando alguien llama a otra persona puta, no la acusa de ofrecer sexo por dinero, sino de ser una mala mujer, de haberse salido de esa feminidad dócil y sumisa que ordena el patriarcado”. Esto, añade, “también ocurre en política”. Fernández recuerda una vivencia personal en la que también recibió amenazas: “Si a un hombre le dicen: ‘Hay que enterarse de dónde vive ese cabrón/ hijo de puta para darle sumerecido’, lo que visualiza es que le van a pegar una paliza. Cuando esa amenaza se hace contra una mujer y llamándola puta, se activa el fantasma de la violación ‘correctiva’, que nos han inculcado desde pequeñas y que nos da mucho más miedo que una paliza”.

Fuente:http://www.diagonalperiodico.net/El-genero-de-los-insultos-a.html

Siempre quise hacer la comunión vestida de Almirante

Siempre quise hacer la comunión vestida de Almirante

Este sábado 16 de junio a partir de las 19 h. el Grupo de Feminismos de la Asamblea 15-M de Vallekas organiza el Acto–Fiesta «Vallekas se Trans-forma», con:

– Taller Drag-King para mujeres.

– Teatro: Monólogo basado en un texto de Lola Robles: SIEMPRE QUISE HACER LA PRIMERA COMUNIÓN VESTIDA DE ALMIRANTE

– Performance: la Punka Paka.

– Música y Picoteo.

 

LUGAR: Plaza Roja o Plaza de la Constitución, Vallekas, Metro Alto del Arenal (línea 1), al salir hay que tomar la calle Pedro Laborde para llegar a la plaza.

A partir de las 19 horas. El monólogo será más o menos a las 21 horas.


 Monólogo_«SIEMPRE QUISE HACER LA PRIMERA COMUNIÓN VESTIDA DE ALMIRANTE», de Lola Robles.

 

(La protagonista aparece ante el público con una foto en las manos, que por ahora solo ve ella.)

Me lo dijo mi última exnovia (con quien por cierto duré bien poco): «¡Vaya cara que tenías en esa foto!». Estábamos sentadas en el sofá de mi casa, mirando el álbum de imágenes de mi vida. ¡Qué romántico me ha parecido siempre eso, contemplar con tu amante las fotografías de las sendas infancias, en blanco y negro y ya un poco arrugadas, como yo empiezo a estarlo (y mi última exnovia, no es por nada, también).

La foto estaba fechada atrás: 8 de mayo de 1971. Era el día de mi primera comunión.

«Pero ¿qué te pasaba?», me preguntó mi ex, «pareces muy seria, muy triste, casi enfadada, y eso que llevabas un vestido tan bonito…».

Aquí está la foto. (La muestra al público). De todos modos la explico por si hay algún miope como yo.

Es una mañana de primavera y ha empezado a llover. Estoy en la calle, en un barrio al sur de Madrid, camino de la iglesia. Llevo un vestido blanco, primoroso, zapatos inmaculados, guantes níveos, y un gorrito igual a esos que luego vi en La casa de la pradera. Miro por aquellas gafitas de concha, anaranjadas, que llevé desde tan pronto. Mi tía Rosa, de negro (apenas se la ve, sólo su brazo), ayuda a levantar mi vestido contra la lluvia. Sujeto con las dos manos un paraguas abierto, muy grande, que era de mi madre.

«Claro», aventuró mi exnovia, a la que no pienso volver a nombrar, «si no sonreías ni un poco debió ser porque estabas preocupada pensando que se te mancharía el vestido con el agua».

Pues no. La verdad, la verdad que escondían mis labios contraídos, mi cara impasible, era otra. Por eso toda la vida he mirado esa foto con la misma cara de póker que entonces.

La verdad no la ha sabido nadie, nunca, hasta ahora que os la voy a contar.

Yo siempre quise hacer la primera comunión vestida de almirante. Todavía hoy, cuando paso junto a una tienda de trajes de comunión, me planto ante el escaparate a elegir cuál me gusta más: desde luego no el de simple marinero, ni tampoco el azul marino, sino sobre todo el uniforme color marfil, con entorchados, cordones, botonadura de oro. No más ni menos hortera que el vestido blanco azucena de las niñas que se disfrazan de novias. Siempre me quedo un buen rato parada allí, mirando tras el cristal. En vano me digo: «Recuerda que eres antimilitarista y no deben gustarte los uniformes».

Pero, de verdad, nunca he querido ser almirante, preferiría ser grumete o piloto de una nave espacial… Estoy muy contenta de haberme convertido en feminista, pacifista, queer y perroflauta. Sin embargo no consigo evitar lo de pararme ante las tiendas de trajes de comunión y preguntarme por qué, por qué no me pude vestir así, con esa guerrera y pantalón tan blancos y tan bonitos, si lo deseaba tanto y lo prefería. por qué no pude pedirlo, confesarlo. ¿Os imagináis la cara que hubieran puesto mis padres, mis tías, mis compañeras de colegio, el cura de la parroquia?

Me alejo del escaparate cabizbaja, con el mismo gesto adusto de la fotografía, y el mundo se transforma en blanco y negro por un instante, y lanzo un suspiro de princesa para aliviar mi decepción.

 

Lola Robles

Noviembre 2007

Nueva versión monólogo, mayo 2012

 

 

 

 

Al borde

Al borde

Soy alta;
en la guerra
llegué a pesar cuarenta kilos.
He estado al borde de la tuberculosis,
al borde de la cárcel,
al borde de la amistad,
al borde del arte,
al borde del suicidio,
al borde de la misericordia,
al borde de la envidia,
al borde de la fama,
al borde del amor,
al borde de la playa,
y, poco a poco, me fue dando sueño,
y aquí estoy durmiendo al borde,
al borde de despertar.

Gloria Fuertes

El recorrido kilométrico de los alimentos y su emisión de CO2

SOBERANÍA ALIMENTARIA
Según un estudio de dos universidades, el transporte de alimentos que llegan al Estado español emite grandes cantidades de CO2 a la atmósfera. En muchas ocasiones se importan de otros países los mismos productos que se exportan al extranjero.

Marien González y David Sánchez, de Amigos de la Tierra / Madrid
http://www.diagonalperiodico.net/El-recorrido-kilometrico-de-los.html

En 2007 se importaron 29 millones de toneladas de alimentos al Estado español, cantidad equivalente al consumo de los mismos en los hogares ese mismo año. En el mismo periodo, se exportaron 20 millones de toneladas. Este flujo de alimentos es el resultado de políticas comerciales neoliberales que se fomentan desde la Organización Mundial del Comercio (OMC), tratados bilaterales de comercio o la Política Agraria Común (PAC). Su misión es apoyar a la agroindustria y las multinacionales de la alimentación en su necesidad de reducción de costes a lo largo de la cadena, sin que las consecuencias sociales y ambientales se vean reflejadas en los precios con este modelo.

Impactos ambientales
La globalización económica que promueve y necesita estos flujos de alimentos y capital también globaliza los impactos negativos, sociales y ambientales. En 2007 la importación de alimentos al Estado español generó 4,74millones de toneladas de CO2, un 66% más que en 1995, según un estudio de las Universidades de Sevilla y Vigo publicado recientemente por Amigos de la Tierra. En el actual contexto de cambio climático, los impactos de estas emisiones agravan la situación y nuestra deuda ecológica con el Sur, puesto que son las poblaciones empobrecidas de estos países las más susceptibles ante estos cambios del clima.

Las causas de esta desigualdad son varias. Por una parte, importamos desde lejos porque es más barato, no porque sea más sostenible o enriquecedor para las poblaciones de los países que exportan. La práctica totalidad de los productos importados pueden producirse localmente –salvo el café, cacao, ciertos productos “exóticos”– o bien su consumo puede ser drásticamente reducido o sustituido por alternativas locales. Esto incluye la gran cantidad de piensos animales que necesitamos para alimentar nuestro modelo de ganadería intensiva, así como el sobre consumo de carne y derivados animales.

Un claro ejemplo de esta deslocalización de la producción de alimentos, que incluye elementos básicos de la tan nombrada dieta mediterránea, son los 7.330 km que recorrieron de media los garbanzos que importamos, principalmente de México y Estados Unidos. A pesar de ser un cultivo tradicional en el Estado español, importamos el 87% de los garbanzos que consumimos. Otro ejemplo es el ir y venir de las manzanas: se importan unas 250.000 toneladas y a la vez se exportan otras 100.000.

Por otro lado, la globalización y nuestro cambio de hábitos hace que incluyamos en nuestra dieta frutas y verduras fuera de temporada o bien exóticas, que por tanto han de ser importadas, y que en 2007 viajaron una media de 5.013 kilómetros. Este es el caso de la piña, cuya presencia en los hogares españoles ha aumentado muchísimo a pesar del impacto social que su monocultivo, en manos de grandes industrias agroalimentarias como Del Monte y Grupo Acon, tiene sobre la población local en Costa Rica.

Dentro del preocupante proceso de ocupación de tierras en el Sur para abastecer el consumo del Norte encontramos que más del 60% de los alimentos importados por el Estado español en 2007, último año del que hay cifras completas, corresponden a la partida de cereales y piensos para animales, es decir, alimentan a la ganadería intensiva.

Este modelo de ganadería es altamente dependiente de la soja, una leguminosa de alto contenido en proteínas, cuyo coste es extremadamente barato al no incluir los costes sociales y ambientales de su producción, como el desplazamiento de comunidades, contaminación de acuíferos, deforestación, y otros impactos asociados al modelo de agricultura transgénica. La dependencia europea de la soja, provocada por acuerdos comerciales con Estados Unidos, hace que cada año se utilicen 11 millones de hectáreas en países como Argentina y Brasil, el equivalente a la superficie cultivable de Alemania, para alimentar la ganadería industrial europea.

La soja para el ganado es por lo tanto de los alimentos con mayor impacto ambiental, puesto que sólo su transporte, casi 7.000 km de media, supone la emisión de 768.000 toneladas de CO2.

Por otro lado, la entrada de maíz como cereal para alimentación animal es otra importante entrada de alimentos modificados genéticamente. Todo sin informar a las personas consumidoras, al no existir la obligación de etiquetar los derivados animales (carne, leche, huevos...) alimentados con transgénicos.

Por otro lado, la elección del medio de transporte también afecta a nuestra huella ecológica en el consumo de alimentos. En 2007, el 0,3% de las toneladas importadas viajaron en avión, mientras que en tren se transportaron 0,5% de las importaciones. El avión provoca 590 veces más emisiones que el tren, 107 veces más el barco y 56 veces más que la carretera. Es decir, el impacto ambiental de importar un alimento en avión desde Francia es equivalente a que ese mismo alimento vaya y vuelva a Francia 28 veces en camión, o más de 250 veces en barco.

Estos datos muestran que el modelo alimentario globalizado no sólo plantea graves impactos sociales y amenaza la soberanía alimentaria de los pueblos. También es un importante factor que agrava la crisis climática, y que tanto desde las políticas públicas como desde los movimientos sociales y organizaciones de la sociedad civil se debe considerar.

La reforma de la Política Agraria Común, las negociaciones internacionales sobre el clima, los tratados bilaterales de comercio o las políticas de compra pública y ahorro de emisiones no tienen en cuenta el impacto climático del modelo agroalimentario industrial, tampoco en lo que respecta al transporte.

Por otra parte, crece otro modelo de agricultura y alimentación alternativo, con proyectos agroecológicos, huertos urbanos, mercados campesinos, grupos y cooperativas de consumo desde los movimientos sociales. Organizaciones ambientales y campesinas reclaman un modelo de agricultura local, social, de pequeña escala, dirigido a mercados locales, respetuosa con el medio ambiente y en manos tanto de agricultores como de consumidores para garantizar la soberanía alimentaria y dar respuesta a la amenaza del cambio climático.

EL VIAJE DE LOS PRODUCTOS QUE CONSUMIMOS _Café, té y especias
La distancia que recorren productos como el café, el té y las especias es de un total de 6.227 kilómetros. Sobre el café y el té se imponen unos precios de miseria a los productores que permiten trasladar y vender en el llamado primer mundo estos alimentos. El trasporte genera grandes cantidades de CO2 al aire.

Pescado y moluscos
En el estudio sobre el recorrido de alimentos, Amigos de la Tierra señala que la pesca es una de las actividades que mayor impacto tienen. El pescado, los crustáceos y moluscos recorren una media de 6.786 kilómetros al año. Estos alimentos provienen desde caladeros africanos.

Cereales y derivados
Aunque el Estado español produce grandes cantidades de cereales, éstas se exportan fuera de sus fronteras y al mismo tiempo se importan toneladas de estos cultivos procedentes de otros países lejanos. En 2007 los cereales que llegaron a los consumidores recorrieron 4.234 kilómetros.

12M

12M
"Defender la alegría como una trinchera
defenderla del escándalo y la rutina
de la miseria y lxs miserables
de las ausencias transitorias
y las definitivas

defender la alegría como un principio
defenderla del pasmo y las pesadillas
de lxs neutrales y de los neutrones
de las dulces infamias
y los graves diagnósticos

defender la alegría como una bandera
defenderla del rayo y la melancolía
de lxs ingenuxs y de lxs canallas
de la retórica y los paros cardiacos
de las endemias y las academias

defender la alegría como un destino
defenderla del fuego y de lxs bomberxs
de lxs suicidas y lxs homicidas
de las vacaciones y del agobio
de la obligación de estar alegres "

MARIO BENEDETTI

Micropolíticas y amor: los afectos en colectivo

Micropolíticas y amor: los afectos en colectivo
Belén Macías Marín
http://www.diagonalperiodico.net/Micropoliticas-y-amor-los-afectos.html

‘Copylove: procomún, amor y remezcla’. Las palabras clave de la 14ª edición del festival Zemos98, celebrada del 11 al 15 de abril en Sevilla, podían llevar a pensar en licencias libres para amar, compartir y mezclarse, lo que remitiría al poliamor, las relaciones libres y/o las orgías... Ah ¿no? ¿Entonces, de qué modernez estamos hablando en esta ocasión?

En realidad, el equipo de Zemos98, que trabaja entre la cultura libre y el pensamiento crítico, ha estado reflexionando durante los últimos cinco meses sobre algo bastante cotidiano: la importancia de los afectos y los cuidados en los proyectos colectivos. El entusiasmo, la sensación de pertenencia, el agotamiento, el apoyo mutuo, el humor, las torpezas, la confianza, la vulnerabilidad... cuestiones que casi nunca se explicitan en las comunidades, aunque resulten fundamentales para su propia existencia y, en muchas ocasiones, también sean la causa de su final. Piensen en sus propios proyectos, ya sean políticos, de convivencia o laborales. En un momento en el que tratamos de imaginar y construir un nuevo paradigma que ponga la vida y el bienestar de las personas en el centro, tendríamos que ser capaces de empezar por casa. Pero hay pocos grupos que logren gestionar bien estos procomunes invisibles, como los han dado en llamar en el colectivo sevillano. La tradición feminista hace mucho que se ocupa de ellos, pensarlos como procomunes nos ayuda a identificarlos como recursos compartidos gracias a los cuales existe la comunidad.

Para enriquecer la reflexión con todas aquellas personas que se quisieran unir, la gente de Zemos lanzó la convocatoria de las ‘residencias copylove’, “espacios y tiempos abiertos a la investigación y el aprendizaje en primera persona”. Para la conceptualización y desarrollo de estas residencias contaron con la colaboración de Rubén Martínez y el equipo de Colaborabora. Una pequeña representación de la comunidad DIAGONAL aterrizó en las residencias de abril, en pleno festival, cuando ya habían tenido un par de encuentros con comunidades locales en febrero y marzo. Aquí rescatamos de forma muy esquemática algunas de las cuestiones que surgieron estos días y que nos pueden servir para la reflexión en los propios grupos.

Amor romántico
Los grupos no están a salvo

En este periódico ya hemos arremetido en alguna ocasión contra la idea del amor romántico (ver la entrevista a Mari Luz Esteban). En la segunda sesión de las residencias de abril nos planteamos que esta construcción no afecta sólo a las parejas, sino también a los grupos. Marta Malo y Débora Ávila, de Ferrocarril Clandestino, una comunidad de apoyo mutuo entre personas migrantes y autónomas, nos ayudaron a entender esto y que ni los grupos ni los afectos surgen de forma natural o espontánea, sino que son construidos artificiosamente sobre unas reglas explícitas e implícitas.

Los discursos hegemónicos sobre el amor calan en nuestras prácticas colectivas de diferentes formas. La posesión o el intento de control de los otros en el grupo, porque de algún modo “te pertenecen”. El romanticismo o la identificación plena o fusión con el colectivo: “Si yo estoy mal, el grupo debe morir conmigo”. El compromiso trascendente por encima de todo, el “hasta que la muerte nos separe” que se convierte en la militancia del sacrificio del “todo por el colectivo”. Y el reproche, el amor como continuo balance de cuentas, “tú te has burlado de mí, y pasas por mi lado para hacerme sufrir”, que decía Camela. Chavela Vargas, Loquillo y Falete ilustraron perfecta y respectivamente los otros casos.

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Sin derecho a la asistencia sanitaria gratuita

Sin derecho a la asistencia sanitaria gratuita


Leticia Pérez (Redacción web) http://www.diagonalperiodico.net/Sin-derecho-a-la-asistencia.html

Muchas personas en situación de desempleo desconocen que han perdido o perderán en breve su derecho a la asistencia sanitaria pública gratuita.

¿A quién afecta?

- A todas aquellas personas desempleadas que hayan dejado de percibir la prestación por desempleo y sus ingresos superaran los 532,51€ y no figuren inscritos en su oficina de empleo correspondiente.
- A aquellas personas que nunca hayan cotizado a la Seguridad Social. A aquellxs extranjerxs que no estén registradxs ni autorizadxs como residentes en España, excepto los menores de 18 años, que perciben las mismas prestaciones y en las mismas condiciones que lxs menores españolxs.

Los extranjerxs en esta situación tendrán hasta el 31 de agosto de 2012 para acreditar que reúnen las condiciones para estar asegurados.

Con el creciente número de personas sin empleo que dejan de cotizar tras recibir el subsidio por desempleo, son cada vez más lxs afectadxs por esta noticia.

Esto significa que solamente queda el derecho a la intervención por urgencia, debido a enfermedad grave o accidente hasta el alta médica, incluyendo también el caso de embarazo, parto y postparto. No hay asignadx médicx de cabecera ni especialista sanitario y la persona afectada debe abonar íntegramente el coste de los productos sanitarios y las recetas médicas.

¿Desde cuándo?

Esa Ley está vigente desde el año 1986 y se completa con el recién publicado Real Decreto-ley 16/2012 (PDF): Lxs desempleadxs durante la prestación por desempleo siguen cotizando a la Seguridad Social, pero una vez terminado este período, pierden el derecho a la asistencia sanitaria gratuita transcurridos 90 días desde la fecha de la última prestación por desempleo.

En otros períodos, la Seguridad Social atendía generalmente a todas las personas aunque ya no gozaran de la prestación por desempleo. Sin embargo, con la situación actual de recortes y desempleo, ya se está aplicando la Ley sin excepciones.

¿Cuáles son los plazos y condiciones?

En el caso de que la persona enferme antes de la baja de la Seguridad Social, la asistencia sanitaria gratuita se puede prolongar por un período máximo de 39 a 52 semanas. Si por el contrario, la persona cae enferma tras la baja de la Seguridad Social, dentro de esos siguientes 90 días, el período comprendido es de 26 a 39 semanas como máximo, siempre y cuando se hayan cotizado como mínimo 90 días durante el año anterior. Si no se llegan a cotizar esos 90 días dentro del año anterior a la baja, el derecho a la asistencia sanitaria gratuita es de 26 a 39 semanas como máximo, siempre que la persona haya caído enferma antes de la baja.

¿Qué alternativas hay?

Para aquellas personas que se encuentren en esta situación, hay varias alternativas: españolxs o extranjerxs residentes autorizadxs en España que sean beneficiarixs de un aseguradx que resida en España y tengan relación de cónyuge, ex cónyuge o descendientes menores de 26 años a cargo del asegurado o personas con discapacidad igual o superior al 65%.

En caso de que esta posibilidad esté agotada y no superar el límite de ingresos, está la posibilidad de solicitar la Tarjeta Sanitaria para personas sin recursos económicos.

Quedan excluídxs para acceder a esta tarjeta  inmigrantes que no estén registradxs ni autorizadxs como residentes en España, así como las personas que superen los límites económicos que serán controlados por el Instituto Nacional de la Seguridad Social. Hasta ahora, la tarjeta de persona sin recursos era la que se asignaba a  inmigrantes sin permiso de residencia ni trabajo.

Esta Tarjeta, que tiene la misma cobertura que la de la Seguridad Social, debe solicitarse en el Centro de Salud que le correspondiera y será tramitada a través del Instituto Nacional de la Seguridad Social, que será quien dará la aprobación final tras haber estudiado el caso.

Para acceder a la solicitud, debe presentarse la siguiente documentación y cumplir los siguientes requisitos, que pueden variar según cada Comunidad Aútónoma:
- Acreditación original a través de DNI, Pasaporte o NIE y número de la Seguridad Social
- Presentar certificado de Empadronamiento.
- Última declaración de IRPF expedida por el Ministerio de Hacienda para verificar los ingresos y situación del solicitante. La cifra de personas sin derecho a la asistencia sanitaria gratuita irá en aumento cuando las prestaciones y ayudas se vayan acabando. En España el número de desempleadxs alcanza en estos momentos el 24,30% de la población activa y el número de inmigrantes sin autorización de residencia ni de papeles para cotizar se sitúa entre las 300.000 y las 500.000 personas .